Muy decidida cogió una cesta, igualita que la de Caperucita, la llenó con un par de manzanas y cerezas, una mantita de lana y la vieja brújula del abuelo...Se aseguró de no despertar a nadie porque, como ya sabemos, era un secreto...Shhhhh. Silenciosa salió de casa sin saber cuando regresaría.
Anduvo durante horas entre la escarcha, atravesó inmensos bosques, escaló montañas, cruzó ríos helados...pero no encontraba nada, ni siquiera una pequeña pista del paradero de la estrellita. La niña a pesar del frío y el cansancio no se rendía, sabía que en algún momento la encontraría. Quedaban pocas horas para que el Sol comenzara a asomar su sonriente cara y para entonces la estrella perdida debía regresar allí arriba.
La niña cayó rendida entre unos matorrales secos, necesitaba resguardarse de la tempestad...En seguida se durmió pero un suave rugido la despertó; sus pequeños y redondos ojos no podían creer lo que estaban viendo! Estaba acurrucada en los brazos de un enorme Oso salvaje!
Se sentía reconfortada y el Oso tenía una mirada amable por lo que no se asustó al verle. Se hicieron amigos enseguida y el Oso la acompañó en su camino. Llegaron a la montaña más alta y el Oso la animó a subir hasta la cima, la niña no lo dudó un segundo, tenía el presentimiento de que muy pronto encontraría a su estrella.
La subida fue dura, el viento apretaba y la niña se agarraba con fuerza al Oso para no caerse. A pesar de las dificultades lograron alcanzar la cima, muy cansados pero felices por haberlo logrado antes del amanecer. Entonces la niña se echó a llorar, no por el cansancio ni el frío sino por no haber encontrado la estrella, temía que pudiera estar en peligro. El Oso al verla tan triste se abrió el pelaje del pecho, y allí en su corazón estaba lo que la niña andaba buscando ¡¡Que sorpresa!! ¡¡Que emoción!!

La cogió con sus manitas heladas y le pidió que volviera al cielo porque sus hermanas la estaban esperando. Entonces la estrellita le dijo que su sitio estaba en el corazón del Oso, que las estrellas debían proteger los corazones bondadosos. La niña devolvió la estrella al Oso y este agradecido la acompañó de vuelta a casa.
Al amanecer la niña se encontraba arropada entre sus padres que, aunque todavía dormían, la estaban esperando impacientes. Descansó plácidamente durante todo el día y toda la noche siguiente. Cuando despertó su Madre se acercó a ella y le dijo: "Has sido muy generosa y has demostrado una gran valentía al salir a buscar la estrella, como todavía no tienes nombre te llamaremos Valentina". La niña asombrada le preguntó a la madre como lo había descubierto, a lo que ella respondió: "Shhhhhh es un secreto".
Desde entonces Valentina, la niña pequeña más valiente del mundo, dejó de contar las estrellas, ahora podía dormir tranquila porque sabía que si alguna faltaba estaría brillando en el corazón de algún Oso bondadoso. Y colorín colorado...
Desde que era pequeña no había vuelto a escribir un cuento...Me ha gustado y creo que repetiré :)
Es fácil inspirarse con cosas tan bonitas como las que hace La CAsiTA de WeNdy. Esta vez con su primera colección para niños. Los vestiditos son de cuento y sus complementos parecen hechos por abuelitas de otras épocas. Si te ha gustado puedes encontrarlo todo en su tienda online.
Relato: Carolina Santos
Fotos: Elena Grimaldi, Inés Aguilar
Modelo: Valentina y Brianda
Visita el blog de La CAsiTA de WeNdy para conocer a Valentina ^^
4 comentarios:
ooo precioso....
♥♥♥♥
uuuauuuuu, me ha encantado tu cuento!!!! y la ropita es fabulosa!!!! un beso enorme y felices fiestas!!!!!
por cierto...ya tienes una nueva seguidora!!!!
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